Capítulo 3

La ciudad de los poetas. Soria

El monte de las ánimas

Nicolás Muller

Claustro de San Juan del Duero

1955-1977

Archivo Regional de la Comunidad de Madrid

Cuando Bécquer escribió El monte de las ánimas en 1861 para el diario El Contemporáneo, el invento fotográfico no había hecho más que nacer. Hasta muy avanzado el siglo XIX la imagen fotográfica no se pudo reproducir en la prensa escrita. Cabe así imaginar a los lectores deteniéndose en cada palabra, en cada imagen, en cada sonido de esa leyenda soriana que transcurre en una fría noche de difuntos.

«¿Oyes? Las campanas doblan, la oración ha sonado en San Juan del Duero, las ánimas del monte comenzarán ahora a levantar sus amarillentos cráneos de entre las malezas que cubren sus fosas...»

Gustavo Adolfo Bécquer
«El monte de las ánimas»
en Obras completas, Ediciones Cátedra, 2004.
Edición, introducción y notas de Joan Estruch Tobella. p. 129.

Ilustración de Marta Zafra

A. Carrascosa

Vista general desde el Monte de las Ánimas

[El monasterio de San Juan del Duero en primer término]. 1888-1902

AHPSo 6

A. Carrascosa

Vista del río Duero desde el Mirón

Teodoro Ramírez Rojas. 1888-1902

AHPSo 4

El rayo de luna

Juan Mon

Gustavo Adolfo Bécquer

ca. 1861

La ciudad de Soria y su entorno se presentaban como un escenario perfecto para desarrollar historias de recelos, venganzas, desatinos y amores imposibles. Tal es el caso de otra leyenda, El rayo de luna. Una leyenda sobre el amor, la fantasía y el ensueño y realidad protagonizada por Manrique persiguiendo a la mujer de sus sueños.

«El rayo de luna (Leyenda soriana)»,
El Contemporáneo, 12 y 13 de febrero de 1982, p. 154.
[Lectura de Fragmentos]

John Adams Whipple

View of the Moon

1852

John G. Wolbach Library. Center for Astrophysics | Harvard & Smithsonian

Sobre el Duero, que pasaba lamiendo las carcomidas y oscuras piedras de las murallas de Soria, hay un puente que conduce de la ciudad al antiguo convento de los Templarios, cuyas posesiones se extendían a lo largo de la opuesta margen del río.

Fernando Villar

Niña en el río

1890-1915

AHPSo 3187

Unas palabras

Y con la luna también presente, Antonio Machado recordó su primer encuentro con la ciudad de Soria y el paisaje del Duero adolescente.

«Con su plena luna amoratada sobre la plomiza sierra de Santana, en una tarde de septiembre de 1907, se alza en mi recuerdo la pequeña y alta Soria. Soria pura, dice su blasón, y ¡qué bien le va ese adjetivo!»

Antonio Machado
,
El Porvenir Castellano, 1 de octubre de 1932

Homenaje a Antonio Machado

Octubre de 1932

AHPSo 23598

Hans Praesent

Vista del valle del río Duero

29 de septiembre de 1913. Serie Viaje a España, 1913

© Deutsche Fotothek / Hans Praesent

Durante cinco años, el poeta sevillano residió en Soria ocupando la cátedra de francés del viejo instituto. Allí escribió Campos de Castilla y se enamoró de Leonor Izquierdo. Dos décadas después, el poeta regresó a Soria para ser nombrado hijo adoptivo de la ciudad. El homenaje a Machado tuvo lugar el 5 de octubre de 1932 a las diez de la mañana en la plazoleta frente a la ermita de San Saturio.

«Nada me debe Soria, creo yo. Y si algo me debiera, sería muy poco en proporción a lo que yo le debo: el haber aprendido en ella a sentir a Castilla, que es la manera más directa y mejor de sentir a España. Para aceptar tan desmedido homenaje solo me anima esta consideración: el hijo adoptivo de vuestra ciudad hace muchos años que ha adoptado Soria como patria ideal. Perdónenme si ahora solo puedo decirles ¡gracias de todo corazón!»

Antonio Machado
«Discurso pronunciado con motivo de su nombramiento por el Ayuntamiento de Hijo Adoptivo de Soria»,
El Porvenir Castellano, 1 de octubre de 1932

Hans Praesent

Vista del Duero. San Saturio y la sierra de San Marcos

29 de septiembre de 1913. Serie Viaje a España, 1913.

© Deutsche Fotothek / Hans Praesent

«Soria, sobre un paisaje mineral, planetario, telúrico. Soria, la del viento redondo con nieve menuda que siempre nos da en la cara, junto al Duero adolescente, casi niño, es pura... y nada más»

Antonio Machado
«Discurso pronunciado con motivo de su nombramiento por el Ayuntamiento de Hijo Adoptivo de Soria»,
El Porvenir Castellano, 1 de octubre de 1932

El paseo de los enamorados

Balenilla

Iglesia Convento San Polo

Soria, 1900-1930. Serie Luis Martínez de Toro y Olalla

AHPSo 5462

Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secase
son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.

Antonio Machado
«Campos de Soria» [Fragmento],
La Tribuna, 2 de marzo de 1912

Amador Carrascosa

Grupo de personas bajo la placa Machado

Soria, ca. 1950

AHPSo 3423

Segundo (Compañy)

Leonor y Antonio Machado

Soria, ca. 1909

AHPSo 14191 y 14192

La ermita de San Saturio

Amador Carrascosa

Iglesia Ermita de San Saturio. Puente sobre el río Duero

Soria, 1954-1960

AHPSo 927

«Colocada entre rocas a la falda de una escarpada sierra, mirándose en las aguas del Duero que corre a sus pies y dominando por largo espacio el curso del río, parte de la antigua ciudad y las frondosas huertas que por el lado de San Polo adornan la margen del Duero, las líneas sencillas de su fábrica exterior armonizan con el accidentado fondo sobre el que se destaca.»


«La ermita de San Saturio, patrón de Soria»,
El Museo Universal
31 de agosto de 1867

Fernando Villar

Lavando en el molinete

Río Duero,1890-1900

AHPSo 3192

Un verano en Soria

Soria en tren

Cuando Machado llega a la estación de tren de Soria para tomar posesión de su cátedra de francés en 1907, la vía férrea Madrid-Soria llevaba más de una década funcionando.

Viaducto de Soria sobre el río Golmayo

1890

AHPSo255

Tren Torralba-Soria
[Primer tramo inaugurado en 1892 que permitió la comunicación con Madrid]

Fotografía: Museo Numantino Benito Aceña

AHPSo 14523

Tiburcio Crespo Palomar

Puente de hierro sobre el río Duero (Soria-Catlatayud)

Prueba de peso con la locomotora pesada. Soria, 1929

AHPSo 241

Tiburcio Crespo Palomar

Inauguración del Puente de hierro sobre el río Duero

Soria, 21-10-1929.

AHPSo 250

Almazán

Antes de detenernos en San Esteban de Gormaz, donde el Duero se ensancha y se dirige hacia el oeste, hagamos un alto en Almazán. Nos acompaña de nuevo el escritor Julio Llamazares en su viaje por el Duero. Es una tarde tranquila de domingo, escribe. Los pueblos ribereños salen a su paso y tan solo se cruza con algún perro solitario.

Almazán.
Vista general desde la orilla derecha del Duero

1925-1929

AHPSo 605

«El sol ha salido entre las nubes y baña con sus rayos las choperas, en las que cantan ahora todos los pájaros del mundo. El río baja lento lamiendo la barcaza y el cesto de las mujeres. Todo parece detenido aquí…»

Julio Llamazares
Cuaderno del Duero
1999

Nicolás Muller

Almazán. Puerta de Herreros

1955-1956

Archivo Regional de la Comunidad de Madrid

«La soledad es tan grande que los pájaros y las liebres campan por sus respetos. Cruzan junto al camino, sorprendidos por nuestra presencia. El río, a nuestro lado, baja casi detenido, entre dos filas de chopos, sereno como una tabla».

Julio Llamazares
Cuaderno del Duero
1999